Anuncian cambios en la Vuelta Ciclística a Cuba 2008
Varios cambios en el tradicional recorrido de la Vuelta Ciclística a Cuba son propuestas para la edición 33 prevista del cinco al 17 de febrero del próximo año.
Aunque mantiene su emblemático comienzo en Baracoa, en el extremo oriental de la isla, y casi idénticos los tramos hasta Holguín, un día después se inician las novedades con la partida de la quinta etapa desde Las Tunas.
Luego del sexto episodio Camagüey-Ciego de Ávila se ubica la etapa dividida en dos segmentos con la contra reloj individual por primera vez desde Morón hasta la capital avileña sobre 34 kilómetros y por la tarde el conocido trayecto hasta Sancti Spíritus.
La octava fecha cumplirá uno de los deseos de muchos desde el inicio de este evento en el 2000, principalmente de escaladores, como siempre arranca en la capital espirituana pero concluye con la escalada a Topes de Collantes, uno de los premios montañosos entre los más interesantes de los pocos que caracterizan el trazado del clásico cubano, y no proseguirá hasta Santa Clara, lo que desmotivaba un tanto a quienes mejor ruedan loma arriba.
Ese propio día la caravana multicolor se traslada a la sureña ciudad de Cienfuegos, de donde en la siguiente jornada saldrá el pelotón a Santa Clara luego de dar varias vueltas a un circuito por el malecón de este costero territorio.
Otra propuesta de cambio será en la décima etapa, esta vez de Santa Clara a Cárdenas igual que ediciones anteriores aunque por la carretera central, así otros pobladores podrán disfrutar del paso de la serpiente multicolor.
El onceno trecho imita los anteriores de esta parte desde Matanzas a una localidad de la provincia de La Habana, hasta ahora la oferta de meta en San Antonio de los Baños.
La penúltima una vez más arranca de Artemisa y termina en Pinar del Río, pero vuelve el puerto montañoso de La Muralla, tan interesante en la subida como peligroso en el descenso, lo que da un toque superior de exigencia a la tercera jornada más extensa de toda la Vuelta.
La decimotercera y última etapa parece que repetirá el aburrido pedalear desde la localidad pinareña de San Cristóbal a la capital cubana, ojalá las autoridades deportivas de esta última defienda un colofón como el del giro 2007 cuando miles de aficionados disfrutaron el batallar de los ciclistas hasta el último sprint frente al simbólico capitolio.
José Peléaz señaló que aunque el evento concluye el día 17, esta XXXIII Vuelta a Cuba saluda como cada año el 23 de febrero, aniversario 47 del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación.
Los dominicanos quieren asistir, pero que una escuadra cubana prestigie el suyo que comienza inmediatamente después de concluir el nuestro y Peláez, también titular de la Confederación Panamericana, considera justo coordinar las fechas de manera que al final gane el ciclismo de ambos países.
Aunque mantiene su emblemático comienzo en Baracoa, en el extremo oriental de la isla, y casi idénticos los tramos hasta Holguín, un día después se inician las novedades con la partida de la quinta etapa desde Las Tunas.
Luego del sexto episodio Camagüey-Ciego de Ávila se ubica la etapa dividida en dos segmentos con la contra reloj individual por primera vez desde Morón hasta la capital avileña sobre 34 kilómetros y por la tarde el conocido trayecto hasta Sancti Spíritus.
La octava fecha cumplirá uno de los deseos de muchos desde el inicio de este evento en el 2000, principalmente de escaladores, como siempre arranca en la capital espirituana pero concluye con la escalada a Topes de Collantes, uno de los premios montañosos entre los más interesantes de los pocos que caracterizan el trazado del clásico cubano, y no proseguirá hasta Santa Clara, lo que desmotivaba un tanto a quienes mejor ruedan loma arriba.
Ese propio día la caravana multicolor se traslada a la sureña ciudad de Cienfuegos, de donde en la siguiente jornada saldrá el pelotón a Santa Clara luego de dar varias vueltas a un circuito por el malecón de este costero territorio.
Otra propuesta de cambio será en la décima etapa, esta vez de Santa Clara a Cárdenas igual que ediciones anteriores aunque por la carretera central, así otros pobladores podrán disfrutar del paso de la serpiente multicolor.
El onceno trecho imita los anteriores de esta parte desde Matanzas a una localidad de la provincia de La Habana, hasta ahora la oferta de meta en San Antonio de los Baños.
La penúltima una vez más arranca de Artemisa y termina en Pinar del Río, pero vuelve el puerto montañoso de La Muralla, tan interesante en la subida como peligroso en el descenso, lo que da un toque superior de exigencia a la tercera jornada más extensa de toda la Vuelta.
La decimotercera y última etapa parece que repetirá el aburrido pedalear desde la localidad pinareña de San Cristóbal a la capital cubana, ojalá las autoridades deportivas de esta última defienda un colofón como el del giro 2007 cuando miles de aficionados disfrutaron el batallar de los ciclistas hasta el último sprint frente al simbólico capitolio.
José Peléaz señaló que aunque el evento concluye el día 17, esta XXXIII Vuelta a Cuba saluda como cada año el 23 de febrero, aniversario 47 del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación.
Los dominicanos quieren asistir, pero que una escuadra cubana prestigie el suyo que comienza inmediatamente después de concluir el nuestro y Peláez, también titular de la Confederación Panamericana, considera justo coordinar las fechas de manera que al final gane el ciclismo de ambos países.
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carlos -