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El deporte en Cuba, Tierra de Campeones

Concluyó Mundial de Dominó en Ciudad de la Habana

Como ya es habitual si algo provechoso deja un Mundial de Dominó es el entusiasmo impregnado en todos, las nuevas amistades, el abrazo a los ya conocidos y el compromiso de seguir promocionando este juego de mesa con millones de habitantes en el mundo.

Lo que aparentemente parece una disciplina solo para hombres posibilita también espacio a las mujeres, las que demuestran su talento en esto de poner fichas y enlazarlas, tratando de cometer la menos cantidad de errores posible para llegar más rápido a la victoria.

Es simpático observar el nivel de apasionamiento de estos hombres y mujeres que además de hacer del deporte de las 28 fichas y los 178 tantos un especial pasatiempo con familiares, amigos y compañeros de trabajo o de estudios, se lanzan a nuevas aventuras enrolándose en competencias oficiales para ganarse un puesto en eventos de nivel como los cuatro mundiales por equipos y uno por pareja que ha organizado Cuba.

Así muchos de sus rivales pasan de desconocidos a excelentes amigos y así cada vez más crece ese gran círculo de practicantes del dominó, deporte que ya cuenta con autores de libros que enseñan a jugarlo, sus reglamentos o alguna que otra experiencia personal como el dominicano Henry Almonte, quien se hizo acompañar de varios números de la segunda edición del suyo.

Es una de las maneras de darle mayor difusión al dominó como la tarea de muchos jugadores en Venezuela que organizan torneos con niños y adolescentes para hacerlo más masivo y según ellos mismos, después del béisbol, es la mayor pasión de los aficionados.

Lina Guevara y Yolimar Guevara no son ni hermanas ni primas, pero integran una de las parejas que defienden el equipo femenino Orquidea, flor nacional de Venezuela, y abogan porque el dominó se juegue desde las edades más tempranas porque ayuda a pensar, a crear amigos y a pasar ratos muy divertidos.

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